Qué es el
cine sino una combinación de todas las artes. Y sin embargo no se estudia cada
arte por separado para luego culminar con un conocimiento cinematográfico y al
final tener un producto audiovisual.
El cine,
aparte de tener arte de todos lados, es un arte individual. Tienes la
composición de un lienzo, las notas de una orquesta y el drama de un teatro.
¿Cómo se puede aprender de este arte que atrapa a los demás?
Hacer cine
no significa “ser Director” y es ahí donde la mayoría de los estudiantes se
enfrentan.
Como se
dijo, el cine es arte, y para el arte caminos sobran. Tenemos de un lado a Belá
Tarr trabajando y abriéndose paso por
las instituciones culturales de su país para realizar sus primeros
documentales; a Terrence Malick estudiando filosofía en Harvard y Oxford para
después dar clases en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y culminar con
un “Master” en el conservatorio de la AFI (American Film Institute). Y por otro lado tenemos a Roman Polanski
saliendo de la escuela de cine Lodz y a Tarkovski cursando en la histórica
escuela de cine VGKI en Rusia.
No
obstante, y para no irnos tan lejos y mostrar un caso diferente, tenemos la
carrera de Alfonso Cuarón; quien comenzó sus estudios en el CUEC dentro de la
UNAM, optó por abandonarla y en estos días es un director que se distingue por
sus largometrajes comerciales con un buen contenido audiovisual.
¿Qué
tienen en común? Que alguna vez cursaron por alguna institución académica que
les brindó conocimientos cinematográficos.
Uno puede
tener visión, pero el tomar clases implica tanto desarrollarla como explotarla
y comprender un lenguaje para hacer más clara la expresión de ésta.
Nuevamente,
el hacer cine no significa ser director; pero si se quiere serlo, hay que conocer
todas las áreas indispensables dentro de una producción. Aquí es cuando entran
las escuelas de cine en la actualidad.
Aprender y
conocer el cine implica adentrarse a las distintas áreas del proceso llevado a
cabo, comprenderlas para luego analizarlas y terminar por generan un
conocimiento propio. La práctica es la base de todo.
En la
vida, para hacer algo bien hecho no basta con aprenderlo y hacerlo una vez, hay
que repetirlo cuantas veces sea necesario; si es lo que te apasiona ¿qué
importa el número de veces que lo repitas?
Es en las
prácticas de donde deben partir las escuelas de cine. Una vez que definan las
prácticas, se van a poder dar cuenta lo que se necesita para llevarlas a cabo
(materias, equipo, instalaciones y profesores)
Volvamos
con Cuarón. Él abandonó el CUEC y comenzó trabajar en la industria hasta ser
llamado en Estados Unidos, donde posteriormente crecería hasta convertirse en
un ídolo entre los cinéfilos mexicanos e internacionales.
Esto no
significa que debamos abandonar nuestros estudios. Al final, él tuvo un proceso
educativo que sin lugar a duda le fue útil (y necesario) al momento de
enfrentarse con la industria cinematográfica. Y sin embargo, lo que no sabía lo
aprendió en la práctica.
Siempre se
busca en una escuela pensando en el equipo con el que cuenta y pocas veces se
piensa qué se va elaborar con tan prestigioso material.
Los
profesores juegan un papel vital (como siempre) a la hora de la práctica. Se
necesita gente que viva del medio por el cual se estudia. A la mera hora el
cine es un arte industrializado.
Un arte
como industria significa que debe cumplir ciertas normas dependiendo el lugar
donde se encuentre; que va generar gastos e ingresos y que conlleva una
metodología. Esas cosas tampoco pueden quedar fuera del marco teórico al momento
de enseñar a hacer cine.
Por otra
parte, la industria no debe opacar la esencia del arte en el cine y a la vez
éste no debe poner en un pedestal divino e inalcanzable a los grandes creadores
de películas memorables.
Debemos
entender que estudiamos un arte, y no una ciencia exacta; que lo que aprendamos
hoy mañana puede no servir y que los sentimientos van por encima de todo.