martes, 12 de noviembre de 2013

Booze & Cigarettes

21 años y la fiesta sigue. El alcohol sale de su envase de vidrio, cae en el de plástico, se mezcla con algún refresco y termina por ser ingerido. Más tarde, la persona estará en un estado de ebriedad que simulará cierta felicidad. ¿Feliz? Ya lo creo.

Por otra parte, una planta inocente es rociada con químicos, envuelta y vendida legalmente (hasta cierto punto) para ser aspirada por la misma gente de la fiesta; todo esto mientras se da un sorbo a las bebidas.

Alcohol y cigarros, no son la ley, pero son la necesidad. ¿De qué? Esa puede ser una buena pregunta para ir saliendo del hoyo en el cual he caído.

Ni admito un alcoholismo, ni una dependencia al tabaco. Simplemente se han vuelto una necesidad constante en el ambiente en cual estoy rodeado día con día. Si no los tengo, puedo vivir. Sin embargo, hago todo lo posible para conseguirlos.
Se gasta dinero, se consigue dinero. Va y viene como todo.

Hace tiempo que mi ahorro personal no crece: no hay un nuevo accesorio para la cámara, una película, un disco de música o un videojuego. Todo se ha ido horriblemente al consumo de esas dos sustancias que amo tanto cuando se presenta el momento de los convivios sociales.

¿Qué gano? Nada ¿Qué pierdo? Salud y dinero. Con el dinero viene también la salud, así que pierdo el doble de salud.
Y sin embargo lo sigo haciendo, una y otra vez. Tan sólo en dos meses, sólo hubo un fin de semana el cual permaneciera en mi hogar sin consumir dichos materiales.

¿Estoy preocupado? Si ¿Tengo que cambiar? Lo más razonable es que sí ¿Quiero cambiar? No lo sé.
El medio propicia pero no obliga; estamos de acuerdo ¿no?. No obstante, el hacerlo ya va más personal que el simple hecho de mostrar algo ante la gente que me rodea. Por ejemplo: antes sólo fumaba los fines de semana, ahora salgo todos los días a caminar y a fumar un cigarro (sí, sólo uno). Caminar y fumar, bien ahí.

El punto de todo esto es simplemente escribirme a mí, pero de paso hacer saber a los demás mi actual salud mental; expresar tus problemas ayuda a que otros vean diferentes puntos de vista, y en consecuencia, diferentes salidas.


Eso sí, no lo voy a negar, estoy en un problema.